26.1.08

PLAZA DE DON BENITO







Don Benito Pérez Galdós






Nació en Las Palmas de Gran Canaria el 10 de mayo de 1843, Galdós era el décimo hijo de un coronel del ejército, Sebastián Pérez, y de Dolores Galdós, una dama de fuerte carácter e hija de un antiguo secretario de la Inquisición. Su padre inculcó en el hijo el gusto por las narraciones históricas contándole asiduamente historias de la Guerra de la Independencia, en la que había participado. Su imaginación fue desbordante ya desde muy joven. En 1852 ingresó en el Colegio de San Agustín.


Obtuvo Galdós el título de bachiller en Artes en 1862, en el Instituto de La Laguna.Es enviado a Madrid en septiembre de 1862 y se matricula en la universidad y tiene a frecuentar los teatros y a crear con otros escritores paisanos suyos (Nicolás Estévanez, José Plácido Sansón etcétera) la «Tertulia Canaria» en Madrid,mientras acude a leer al Ateneo a los principales narradores europeos en inglés y francés; allí, durante una conferencia de Leopoldo Alas "Clarín", traba amistad con el famoso crítico y novelista asturiano.


En 1870 publica su primera novela, La Fontana de Oro, escrita en parte durante uno de sus viajes a Francia.


En 1873 comenzó a publicar la que se puede considerar su obra cumbre, los Episodios Nacionales (el título se lo sugirió su amigo José Luis Albareda), donde se refleja la vida íntima de los españoles del siglo XIX y su contacto con los hechos de la historia nacional que marcaron el destino colectivo del país.


En 1876, se publica Doña Perfecta, un panfleto anticlerical contra la intolerancia ideológica asentada en una imaginaria ciudad mesetaria.


En 1890 y 1891 fue reelegido diputado por la misma circunscripción antillana. Habiéndose unido a las fuerzas políticas republicanas, Madrid lo eligió su representante en las Cortes de 1907; en 1909 fue jefe, junto a Pablo Iglesias, de la coalición republicano-socialista; pero él, que «no se sentía político» se apartó enseguida de las luchas «por el acta y la farsa» y se dedicó de nuevo a la novela y al teatro. En 1919 se realizó una escultura suya, reconociéndose su éxito en vida. A pesar de su ceguera pidió ser alzado para palpar la obra; lloró emocionado al comprobar la fidelidad de la escultura. Cargado de laureles y ciego, el indiscutido gran novelista español del siglo XIX murió en su casa de la calle Hilarión Eslava de Madrid el 4 de enero de 1920. El día de su entierro hasta 20.000 madrileños acompañaron a su ataúd hacia el Cementerio de la Almudena.

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